jueves, 19 de marzo de 2009

Flashback: Loco por tus huesos (Capítulo XI)


Los antidisturbios en pluriempleo, frustrados por no hallar a Orlando y por tanto no cobrar la paliza encargada por Tanner, y presas de un frenesí racista, abordan con fines ofensivos a un elegante japonés que resulta ser Takeshi, aún tras la pista de Bungle. Su kárate, aunque envejecido, es demoledor, y los que no han caído huyen, pero algo parece habérsele roto por dentro. Su nariz sangra, de ahí que su admiradora adolescente y rubita, Pamela, que lo ha visto todo, le ofrezca un kleenex. Takeshi lo acepta, pero ella, avergonzada, no soporta la intensa mirada de él y se despide precipitadamente.

En el teatro de la ópera, cerrado tras el escándalo Bach, el detective y musicólogo Pedro Arteaga realiza pesquisas. Los compases perdidos desde el estreno le inquietan, así como el hecho de que la música del ballet donde las bailarinas fueron asesinadas desarrollara el tema desaparecido. Con el fin de descubrir y hundir a Bach, gran enemigo suyo, Arteaga se entrevista en la oscuridad del teatro abandonado con Moshé Shalom, violinista ya anciano de la orquesta y agente del Mossad. Pero a Moshé sólo le interesa la nueva tetralogía wagneriana.

En su mansión, Boris se recupera bajo los cuidados de Vernon. Intrigado por la desaparición de Vera, le sorprende aún más haber podido traer del pasado el traje de arlequín de Franz. Una idea comienza a fraguarse en su cerebro.

En el refugio de Papa Vendredi, Vera, que ha descubierto con el santón, bajo dominio mesmérico, su capacidad para el multiorgasmo, sueña con una Irina convertida en ser monstruoso a la que intenta volver a amar, mientras un charco de sangre oscura se extiende en silencio sobre el piso de baldosas que rodea a un centinela muerto, y en su subterráneo el Doctor Misterio se calza unos guantes de goma cscuchando una retahíla inarticulada pronunciada con voz de pesadilla.

(Continuará)

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