domingo, 29 de diciembre de 2013

"Tokyo senso sengo hiwa" (1970): La cámara como arma suicida


 
La joya oculta de Oshima, a la par que una suerte de testamento y exorcismo personal. Con su aire underground, punteos psicodélicos cortesía de Takemitsu, anticipaciones de Lynch o incluso de Haneke, “Murió después de la guerra” solo parece previsible vista en 2013, pero no debió de parecerlo en el ya lejano 1970. Un cineasta político, fracasado en sus empeños, recoge una cámara de manos de un hombre que se había suicidado arrojándose desde un edificio. Constatando que la película contiene solo imágenes de calles vacías en las que no sucede nada, se empeña en volverlas a rodar en los mismos escenarios, donde comienza a aflorar toda la violencia social y sexual que bulle bajo una superficie plácida… pero que el cine, a pesar de sus esfuerzos, no logra captar. Hay una cierta desesperación, un aroma crepuscular, de alucinante despedida.

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